lunes, 1 de diciembre de 2008

Poleras Cou



Constanza Hermosilla estampa mediante serigrafía poleras con diseños hecho por ella basándose en otros diseños apropiados de internet y fotos de amigos o de su infancia , que combina, recompone y adapta. El resultado son poleras con una estética muy contemporánea -puede decirse incluso que son "de la temporada"- que podrían estar puestas perfectamente en un colgador de cualquier tienda. de hecho, las poleras están a la venta, y hasta la fecha hay varias personas dando vueltas por Concepción que las visten en su vida diaria.


Lo interesante ocurre, sin embargo, cuando Constanza las saca radicalmente de contexto, viste con ellas a seis abuelas y las fotografía en su entorno cotidiano, realizando las actividades en las que estaban cuando ella les tocó el timbre. Es aquí donde los conceptos de moda y estilo se activan en forma crítica; en la calle puestas en mujeres y hombres veinteañeros son diseño, pero puestas en las abuelas se convierten en evidencia material de su propio lenguaje y proceso de producción.



Las 6 abuelas viven en el mismo edificio con ascensor y conserje, cada una en el pequeño departamento por el cual –debido a razones prácticas- cambiaron las casas grandes en las que formaron su familia. Es este un espacio cálido y funcional, que alude a una etapa de la vida totalmente distinta a la etapa a la cual pertenecen las poleras. La tensión que se genera no es dramática ni grotesca, es un simple gesto, una intención de mover la evidencia material de un sistema de consumo un poco hacia al lado y ver como funciona. La acción de Constanza en su rol de artista está en sacar de contexto la polera para que hable de sí misma, ella expone una problemática estableciendo una diferencia.


Este trabajo involucra un doble rol por parte de la artista, y una doble mirada sobre su producto. En una primera etapa, trabaja pensando solamente en el diseño, en cuál es su visión acerca de lo que debería ser una polera y en lo que le gusta a la gente joven; diseña por el gusto de diseñar y diseña para vender a un determinado público. En una segunda etapa, ella interviene como artista, se distancia de su producto y se reapropia de él, sacándolo de contexto y haciéndolo funcionar como significante.


Estas poleras están claramente influenciadas por el revival de la estética ochentera que se encuentra actualmente en todos los ámbitos de la sociedad de consumo, son productos que se suman a la gran masa de la industria de la moda, y que por ende, eventualmente pasarán de moda. Y cuando esto ocurra, ¿funcionarán del mismo modo puestas en las abuelas y en sus departamentos? Probablemente no, porque esta situación de tensión se da solamente en un determinado tiempo y espacio, está, en cierto modo, determinada por el mercado.



¿Cómo funcionará el trabajo de Constanza Hermosilla en 5 años, cuando hayan pasado de moda los 80’s y los colores chillones? Afortunadamente es esta una pregunta que queda abierta.





Camila Salazar Hofmann